FINAL HISTORICA: En el Nacional 1977 disputaron la final más emocionante del fútbol argentino. En el partido de ida igualaron 1-1 en
21/01/1978: En Avellaneda Independiente (1): Rigante; Pagnanini, Villaverde, Trossero y Osvaldo Pérez; Larrosa, Galván y Bochini; Arrieta, Outes y Magallanes. DT: José Omar Pastoriza.
Talleres (1): Guibaudo; Astudillo, Luis Galván, Binello y Ocaño; Reinaldi, Ludueña y Valencia; Bocanelli, Bravo y Cherini. DT: Roberto Marcos Saporiti.
Goles: Trossero y Cherini ambos de penal
En la revancha, Talleres jugaba con la ventaja de la localía y el empate sin goles. Sin embargo, Outes de cabeza puso el 1-0 a los 29'.
En el ST a los 15' Cherini igualó con otro penal. Faltando 16' Boccanelli anotó el 2-1 con un alevoso golpe de puño. Todo Independiente protestó y fueron expulsados Trossero, Galván y Larrosa. Sin el caudillo, y con 2 medios menos, Pastoriza entró a la cancha y rearmó el equipo. El partido estuvo suspendido durante mucho tiempo.
En la reanudación Bertoni (que reaparecía de una lesión) y Biondi ingresaron por Magallanes y Brítez. Bochini Biondi y Bertoni hicieron una triple pared fabulosa y el Bocha definió a solo 7' del final. Con el 2-2 Independiente aguantó 8 hombres contra 11 y salió Campeón del Nacional 1977. Ese día, Bochini cumplía 24 años.
LA DESPEDIDA DE BERTONI: El inolvidable delantero estaba lesionado y ante Talleres jugó su último partido con la camiseta de Independiente. Llevaba 6 semanas de inactividad. Volvió y fue clave en la jugada que definió el campeonato.
25/01/1978 :Rojo Campeon Nacional 1977
Talleres (2): Guibaudo; Astudillo, Luis Galván, Binello y Ocaño; Reinaldi, Ludueña y Valencia; Bocanelli, Bravo y Cherini. DT: Roberto Marcos Saporiti.
Independiente (2): Rigante; Pagnanini, Villaverde, Trossero y Osvaldo Pérez; Larrosa, Galván y Bochini; Britez, Outes y Magallanes. DT: José Omar Pastoriza.
Goles: 29 Outes, 60 Cherini, 74 Boccanelli y 83 Bochini.
Arbitro: Roberto Osvaldo Barreiro. Estadio: Talleres.
Pasan
los años, cambian las modas y los estilos, pero cada vez que un equipo
logra remontar un resultado con menos jugadores que su rival, la
referencia a aquella noche del 25 de enero de 1978 se hace ineludible.
Mientras
todos estos acontecimientos se sucedían, el torneo Nacional de 1977
desandaba sus instancias finales, pese a estar ya en los primeros días
de 1978. El Metropolitano había sido el más extenso de la historia (46
fechas) y por ello el Nacional arrancó en noviembre. Se jugó miércoles y
domingo durante dos meses, para arribar a la fase decisiva.
En
una de las semifinales, Independiente jugó contra Estudiantes. Este fue
un rival duro, ya que a los de rojo no les alcanzaron 180 minutos (los
cruces se jugaban ida y vuelta y el gol de visitante valia doble) para
poder conseguir el pasaporte final. En la otra Newell´s fue superado por
el equipo que mejor fútbol había disputado y que era el preferido del
público: Talleres de Córdoba. Además de ser el preferido contaba con
jugadores de gran jerarquía como Luis Ludueña, Daniel Valencia y la
Pepona Reinaldi.
La
primera final tuvo como escenario el estadio de Avellaneda. En un
partido parejo y con escasas llegadas a los arcos, el resultado fue un
empate en un tanto con goles de Trossero y Cherini, ambos de penal.
Como
el gol en calidad de visitante tenía doble valor, un cierto clima de
triunfalismo anticipado fue ganando a los simpatizantes de Talleres. La
igualdad en Buenos Aires, habiendo conseguido un tanto y la posibilidad
de cerrar la serie de local, alimentaban la ilusión.
Los
hinchas de otros equipos de las provincias se veían identificados,
porque la victoria de la “T” podía significar el primer título de un
equipo del interior indirectamente afiliado a la AFA. "-Yo supe que el
general Luciano Benjamín Menéndez, que entonces era el gobernador de
Córdoba, estaba muy interesado en que Talleres saliera campeón. Y ese
partido fue muy raro, muy raro…" dijo tiempo después el principal
protagonista de aquella noche, el “Bocha” Bochini".
Con
un lleno total y un enorme clima de final comenzaron las acciones en el
Barrio Jardín. A los 29 minutos, un centro enviado desde la izquierda
por Omar Larrosa, fue bajado por Enzo Trossero y enviado a la red por un
certero cabezazo de Norberto Outes. Pese a la desventaja, los locales
no se apartaban de su estilo de juego de pelota al piso y bien jugada, a
partir del genio creativo de José Daniel Valencia.
A
los 15 minutos del complemento el juez Barreiro sancionó un penal para
Talleres que Cherini, al igual que cuatro días antes, cambió por gol. A
los 29’ todos los intereses en juego se hicieron más palpables cuando
Bocanelli convierte un gol que de dudoso no tenía nada, impactando la
pelota sin la mínima sutileza con su puño, lo que motivó que los
jugadores de Independiente protestaran: -Tengo dos hijos y esto me da
vergüenza. Écheme-, dijo el capitán del equipo, Rubén Galván. Barreiro
le sacó la tarjeta roja. -Esto es una usurpación. ¿Por qué no me echa a
mí también?- dijo Omar Larrosa. El árbitro también lo echó. El defensor
Enzo Trossero se encargó de decirle de todo a quien esa noche era el
encargado de "administrar justicia". Barreiro también lo expulsó, y los
simpatizantes del Rojo gritaban: "Ladrones, ladrones, así salen
campeones" Quedaron solamente 8 jugadores de Independiente en cancha
contra los 11 de Talleres, contra el árbitro Barreiro, y contra el poder
político de turno, que no disimuló en ningún momento su simpatía por
Talleres. Que lo relate el "Bocha": -A los 38 minutos, Pagnanini me dejó
la pelota en el medio de la cancha. Gambeteé a uno, se la toqué a
Bertoni, Bertoni se la dio a Biondi, le salió Guibaudo, el arquero de
ellos, y Biondi hizo una gambeta larga para sí mismo, levantó la cabeza,
me vio y me la tiró. Yo venía a la carrera y, como había dos jugadores
de ellos tapando el arco, le pegué bien arriba. Entró ahí nomás, apenas
debajo del travesaño".Delirio de un lado, impotencia del otro. Quedaban
seis minutos, que fueron de un ataque desesperado de los locales y de
una heroica defensa de la visita. El pitazo final provocó la locura de
los hinchas y jugadores de Independiente, que acababan de concretar una
hazaña inédita.
Luego
llegó la vuelta olímpica, coronada por el respetuoso aplauso del
público cordobés. Era 25 de enero, el día que Bochini cumplía sus 24
años. Pero el “bocha” siempre fue muy especial y para confirmar eso, el
día de su cumpleaños, en lugar de recibir los regalos, el le hizo uno
maravilloso a todo el pueblo de Independiente.